


Cuando hacía buen tiempo, los bailes del Galette, se realizaba en el exterior del gran barracón verde que contenía el salón de invierno. Entre los molinos Radet y Blute-Fin, existía un espacio ajardinado sembrado de acacias con bancos y mesas que al anochecer era alumbrado por farolas, hileras y racimos de lámparas de gas. Los bailes eran por la tarde pero duraban hasta medianoche. Un escenario elevado del suelo colindante con el salón interior servía de lugar para la orquesta.



Un escenario perfecto recreado por Renoir en su obra, “Baile en el Moulin de la Galette”, dónde a pesar del paso del tiempo culaquier look del resort de Jason Wu no densentonaría nada en este panorama tan francés.
1 comentario:
Me encanta Renoir y me encanta Jason Wu! qué bonita c ombinación!
Felicidades por y blog,quiém cice que la moda no es cultura???
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